Opinión: LA ÚLTIMA y el fenómeno Aitana

Blog Iker Elduayen. Opinión: LA ÚLTIMA y el fenómeno Aitana
Aitana y Miguel Bernardeau en La última. FOTO: Disney Plus.

A punto de dar las dos de la madrugada termino de ver La última, de la que sobran las presentaciones porque creo ha sido una de las ficciones más promocionadas de los "últimos" años. ¿Quién en este actualizado mundo no sabe que Aitana ha hecho una serie? Perdón, corrijo: no una, sino la serie, esa que llevamos esperando desde que la prota y su novio (también real) Miguel Bernardeau lanzasen una lona de metros que cubría un edificio entero que anunciaba la fecha de estreno en Disney Plus. Llegó y qué morbazo, la verdad. Y no especialmente por ver la serie, que resultaba más que previsible con solo leer sobre qué versaría, sino por ver cómo un producto, una campaña y un equipo se diseñan para lucir a su estrella. 
La cosa ha ido mejor de lo que esperaba (que hayan sido cinco capítulos también ha ayudado). Una trama demasiado previsible, eso sí. La cantante que quiere triunfar en la música y el boxeador que desea ser el número uno. Visto y visto. Desde que conocí el argumento llevo diciendo que los guionistas han tenido una actual inspiración en Rocío Jurado y Pedro Carrasco, que tanto dio que hablar en su momento y de hecho hoy sigue siendo noticia en los medios. A Aitana y a Miguel Bernardeau solo les ha faltado haber parido a Rocío Carrasco y convertirse en la pareja más mediática del universo Disney. Por cierto, disfruté muchísimo viendo un reel en el que le preguntaban a la cantante si había enseñado a su pareja a hablar en catalán y él, inconscientemente, contestó que sabía decir fills (hijos). Ella se alarmaba por lo que se podría interpretar...

La química es visible. Se nota que hay algo más allá de la relación laboral y se percibe porque Aitana no tiene tanta experiencia en actuar, que no estoy diciendo que sea mala actriz, ojo. Solo que aquí hace de ella misma (disfrazada de Candela). Aún así, da lo mismo. Aitana es Aitana. Se come la cámara, la serie y lo eclipsa todo. Hacía tanto que nadie conseguía eso. Cuando todos, en su día, nos fijábamos en Amaia, ella había escarbado un hueco al que nadie ha sabido llegar. Aitana llegó para quedarse y así se lo hice saber meses después de que saliese de la cadena. Recuerdo que le dije algo así como aquello que Tola dedicó a Carmen Maura: Nena, tú vales mucho (tampoco es que fuese el único, que no me quiero tirar ningún pisto). 

Llevo vistos todos sus trabajos hasta la fecha y hoy confirmo que Miguel Bernardeau es un actorazo, la ostia (esto también se lo dije y lo comenté con él el día que le entrevisté). Es el futuro de la gran generación de galanes patrios que hoy preside Mario Casas. Me muero por verle en teatro, la escuela de todo actor. Y aunque su personaje en esta serie no sea el mejor, tiene unas muy buenas capacidades. Promete y vistos sus antecedentes (soy muy fan de su madre) se le augura un buen especio en el panorama escénico patrio. 

En cuanto a la serie, es previsible, tópica, demasiado decorada (está muy rebozada de mucha purpurina). No arriesga por pura comodidad. Las visualizaciones están aseguradas porque tienen como protagonistas a la pareja más buscada de la década. Hay morbo por saber cómo se desenvuelven y verles besarse es un atractivo tan potente que da lo mismo la trama. Pero por mucha serie corta, argumento visto y trama de color de rosa, ver a Aitana es puro espectáculo. Una luz mediática que brilla y continuará en la ficción. Me consta que rueda una película de Netflix, así que no será "la última" aparición de la estrella que han/hemos creado.