Tamara Falcó, hipocresía 3.0

Blog Iker Elduayen. Tamara Falcó, hipocresía 3.0

Tamara Falcó fue el personaje del día y, probablemente, logre también ser el rostro de la semana. De hecho, dos de las revistas más relevantes del mercado del corazón ya han abierto hoy sus cabeceras con la ruptura del mes. Lógicamente, ahora cualquier declaración de la marquesa vale oro. Es decir, cualquier periodista o medio rehipotecaría su casa con tal de tener la primera entrevista con la hija de Isabel Preysler después de hacerse públicos los videos que muestran a su ya exnovio, Iñigo Onieva, comiéndose la boca con otra chica, que cada día que pasa cambia de identidad. 

Pero lo de ayer fue algo insólito. Histórico diría yo. Tamara Falcó, la antítesis de la vulgaridad que injustamente representa Sálvame, atendía al teléfono a Jorge Javier Vázquez en el coche que le estaba trasladando desde la casa de su madre al Teatro Real. En el centro de Madrid se iban a dar las primeras declaraciones de la marquesa de Griñón tras siete días en silencio. No obstante, la inmediatez y la perspicacia del presentador hizo que éste marcase el teléfono de Susana Uribarri, representante de la familia, y la acompañante de Tamara en el coche. Quiero decir con todo esto que, aunque hubiese una marea de periodistas y fotógrafos aguardando la llegada de la Falcó, fue Jorge Javier Vázquez quien consiguió que la protagonista hablase por vez primera, y con un tipo que se había pasado las dos jornadas anteriores criticándole. Él mismo subió anoche a sus redes "Tamara Falcó 1, Jorge Javier 0". 

Además de la llamada en sí, que tiene un absoluto mérito para el programa de Telecinco, Tamara Falcó entonó el mea culpa a los medios y especialmente a los programas de la cadena cuando ella miró para otro lado a las informaciones que apuntaban que su entonces novio le era infiel (llevamos escuchando eso desde que iniciaron la relación). 

Atresmedia: ¡asume que te gustan los temas del corazón!

En la tarde de ayer ocurrieron varias cosas, todas ellas únicas e irrepetibles. La primera de todo es que Tamara Falcó accediese a hablar sobre ella por teléfono con Sálvame. Las redes se han volcado en rememorar el momento. De hecho, Kiko Matamoros fue quien sacó al ring a Pablo Motos, presentador de El Hormiguero, que según el colaborador, estaba "echando humo" mientras escuchaba a una de sus colaboradoras mejor pagadas (todo hay que decirlo) darle la exclusiva a un programa y a una persona enemiga. Obviamente, sí jode. Las cosas como son. Te estoy pagando un sueldo y vas tú y tus primeras declaraciones se las das al programa que te ha puesto "a caldo". Pero ayer se demostró la hipocresía de todos los medios de comunicación. Atresmedia, que siempre desprecia compararse con Mediaset porque no se rebaja a incluir en sus programas temas del corazón. La cuestión es que, esa misma hora, Iñaki López y Cristina Pardo han traído a María Eugenia Yagüe para hablar de Tamara Falco, ¡y tienen a un reportero en el Teatro Real esperando las declaraciones de la marquesa! Es muy fuerte. Pero además resulta que El Hormiguero, que siempre se mofa de los contenidos rosas, resulta que se cabrea porque Tamara Falcó no les de la exclusiva. Es aún peor. Hipocresía pura y dura. Resulta que hablamos y rehuimos de la prensa del corazón, pero cuando salta un escandalo de los buenos, como buenos y serios periodistas, vamos a cubrirlo. Y luego nos creemos mejores periodistas que los de Sálvame.

Otra apreciación con respecto a la tarde de ayer es el mérito que tiene Sálvame, que no se cómo logra hacerlo, pero es capaz de crear una fantástica película de acción, puro thriller, sin necesidad de contratar a actores ni escribir diálogos. la persecución del Audi negro de Tamara Falcó es digna de cualquier filme de James Bond y no hay más que hacer honores a esa forma de trabajar. 

Respecto a la propia Tamara decir que no es un personaje que me caiga en gracia (más bien al contrario). Una niña, nacida entre algodones, que reuniendo todas las revistas ¡Hola! puedes lograr su fototeca biográfica, que no ha hecho más que pasar de niña bien, a religiosa y ahora marquesa. Ya. No tiene gracia ni chispa. Ahora puede ser un pistoletazo su pésimo reality de Netflix, La marquesa, pero es que Tamara ha demostrado no valer para un formato así. No tiene el imán televisivo necesario para llenar la pantalla. Aún así, me parece maravilloso que una chica de la cara de la forma que lo hizo ayer y acepte responder a todos los medios con naturalidad. Porque es algo real, cotidiano. A todos nos han sido infieles o hemos sido infieles o conocemos algún caso similar. Creo que mi idea de Tamara ha cambiado ligeramente (solo ligeramente). Por fin ha mostrado que una marquesa también puede ser víctima de una infidelidad y no tiene una vida perfecta, tal y como ha mostrado hasta ahora. No es que me alegre de ver sufrir a Tamara Falcó, pero si de que también muestre sus pésimos momentos, porque todos somos protagonistas de malos momentos. Ahora también surgirá la campaña de "todos con Tamara" e "Iñigo eres lo peor", pero bueno. Son las reglas del juego.